[gatina]

Bueno, esto sucedió hace casi 10 años y yo, que era un poco lerda entonces, me quedé simplemente desilusionada, pero hoy en día (las cosas las ve un@ diferente a medida que va madurando), cada vez que lo pienso, me da más rabia el trato que recibí. El caso es que no puedo poner una reseña sobre este doctor en los sitios típicos de reseñas, porque me la echan para atrás o me la acaban borrando, ya que el susodicho afirma que no lo recuerda y, como no tengo comprobante de haber estado en su consulta, no hay forma de que me la publiquen. Yo sí recuerdo la consulta perfectamente, así que aquí os la comento:

En septiembre de 2012, consulté, como ya os imagináis, por FAGA en la consulta del dermatólogo Íñigo Martínez de Lizarduy, en San Sebastián. Había usado minoxidil al 5% (cinco pulverizaciones cada noche, así es como me lo prescribieron en su día), pero necesitaba más mejoría y quería probar con finasteride. Él se negó en rotundo, explicando que el feto de una mujer que se quede embarazada tomando finasteride, puede tener malformaciones. Y que, en todo caso, sería tomando la píldora (qué manía la de algunos doctores de querer cambiarte el método anticoceptivo, nosotros ya usamos preservativo) y firmando un consentimiento informado (lo cual me parece lógico), pero que él no lo hacía, que para mujeres solo había minoxidil. Aclaro que en hombres sí lo recetaba, porque me dijo que al paciente anterior a mí se lo había prescrito. En mujeres es otra cosa, por lo visto, no sabemos planificar un embarazo.

Aún recuerdo cuando me dijo que lo mío era lo mismo que tenía él, señalándose la calva y con tono de sorna. Me pareció de una falta de delicadeza tremenda, teniendo en cuenta que la alopecia a las mujeres nos afecta a la autoestima mucho más que lo que les afecta a los hombres. Y me dijo no sé qué de que mis ovarios producían demasiada testosterona, cosa que no entendí en el momento, porque no me lo explicó. Me parece una irresponsabilidad que no me hubiera enviado a un endocrinólogo para tratarme el SOP, si es que creía de verdad que lo tenía. (Sí llegué a pedir pruebas de andrógenos para saber si tenía SOP, pero salieron normales; incluso la testosterona disminuída, según mi endocrinóloga).

No contento con eso, también añadió que mi alopecia podía deberse al estrés, a lo que le contesté que procuraba tener una vida tranquila. Y que si estaba ya tratada para el hipotiroidismo y tenía un tratamiento correcto. Vamos, todo el tiempo de la consulta echando balones fuera.

En resumen: salí de allí con la recomendación de volver un año después (con el trato que recibí, tendría que ser g l p ll s para haber vuelto), con una prescripción de minoxidil al 2% (en fin, si el del 5% no me funcionaba lo suficiente, no sé qué esperaba que mejorara usándolo a esa concentración) que no compré y más acomplejada de lo que había entrado.

Menos mal que no me gasté ni un solo euro, porque la consulta me entraba por el seguro, eso sí, una pérdida de tiempo. Espero que hoy en día esté más actualizado, ya que muchos de los fármacos que se recetan para la alopecia son para uso fuera de indicación, especialmente en mujeres.